Mel.
Cuando estoy algo perdida y un poco distorsionada, apareces de forma inesperada y te instalas en mi mente. Inundas mis pensamientos con tu risa y los dibujas con tu mirada. Los difumes suavemente con tu voz en lo que encierra una breve caricia perpleja de calma y tranquilidad. Tu presencia incondicionalmente me hipnotiza y escala el máximo de las alturas existentes en mi ser.
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